De
profesión… detective privado
06.10.2011 Ángela
Méndez – expansión.com
Decir que se es
detective privado suena novelesco y peliculero, pero, parafernalias aparte, es
un profesión más común de lo que creemos y con muchos campos de actuación. Su
desempeño está muy ligado al mundo del derecho y la seguridad pero, para operar
como tal se precisa una licencia oficial.
Es inevitable
pensar en Sherlock Holmes, Phiplip Marlowe o Hércules Poirot cuando se habla de
un detective privado. La literatura y el cine han contribuido a fomentar esa
imagen romántica y misteriosa que asociamos a esta profesión. Sin embargo, el
día a día de estos trabajadores tiene menos glamour.
Las áreas de
trabajo son muy dispares. Uno de sus campos de actuación está relacionado con
el ámbito laboral. Aquí principalmente investigan bajas fingidas, competencia
desleal entre empresas, mala práctica de los empleados, control de ejecutivos
para que no filtren información, hurtos, etcétera.
Otra parte de su
trabajo se centra en investigaciones relacionadas con asuntos familiares como
infidelidades o problemas de herencias.
Actualmente, el
mayor nicho de actuación viene del área económico-empresarial. Indagar sobre
casos de fraude, piratería, falsificación o siniestros fingidos son los campos
habituales, pero la crisis económica ha hecho que aumente la demanda de la
persecución de morosos. De hecho, según datos del sector, más del 80% de las
peticiones de investigación provienen de entidades financieras.
Formación
¿Qué hay que hacer
para ejercer? La profesión de detective privado está regulada por la Ley 23/92
de Seguridad Privada, de 30 de julio de 1992, publicada en el B.O.E de fecha 4
de agosto de 1992. Aquí se establece como funciones de este profesional las de
obtener y aportar, por encargo de personas físicas o jurídicas, información y
pruebas sobre conductas o hechos privados; investigar delitos perseguibles a
instancia de personas legitimadas en un proceso penal; y la vigilancia en
ferias, hoteles, exposiciones o ámbitos análogos.
En su formación se
insiste mucho en temas relacionados con Derecho: constitucional, mercantil,
penal… pero también la ética profesional es una de las materias en las que más
se incide.
Trabajar como
detective en España exige una diplomatura de tres años, es decir, son
necesarios estudios universitarios de titulación propia que pasan por materias
como la grafología, política, comunicación, etcétera. Y como tal exigen que el
candidato haya superado el Bachillerato y la Selectividad. Una vez finalizados,
el aspirante a Sherlock Holmes deberá acudir al Ministerio de Interior con el
título para poder obtener la Tarjeta de Identificación Profesional (TIP). Una
licencia que no es necesario renovar, pero que se controla anualmente.
Los estudios más
habituales están relacionados con criminología, campo en el que en España hay
una larga tradición, pero hasta este año no han obtenido el estatus de grado
universitario, y sólo se podía estudiar esta materia a través de diferentes
posgrados o como especialización dentro de otras carreras. La Universidad a
Distancia de Madrid (Udima) ha apostado por este programa y desde el año 2011
lo imparten.
"Es una
profesión atípica", reconoce José María Alonso, director operativo de
Zenit Detectives, "y no hay muchas licencias. En España habrá unas 2.000,
lo cual es muy poco".
Alonso asegura que
no hay unas tarifas establecidas, "cada despacho establece sus propios
honorarios, siempre guiándose de los precios de mercado". Pero, según el
director operativo de Zenit, por tres días de seguimiento en una baja laboral
fraudulenta se han llegado a cobrar 2.500 euros y hay detectives, en otros
despachos, que han llegado a facturar entre siete y ocho millones de euros en un
solo año.
Incompatible
Para ejercer esta
profesión hay una serie de aspectos incompatibles, como ser funcionario en
activo de ninguna de las Administraciones Públicas en el momento de la
solicitud, ni durante los dos años anteriores a la misma; no haber ejercido
funciones de control de las entidades, servicios o actuaciones de seguridad,
vigilancia o investigación privada, ni de su personal o medios, como miembro de
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en los dos años anteriores a la solicitud.
Asimismo, no se
puede tener antecedentes penales, ni haber sido condenado por intromisión
ilegítima en el ámbito de protección del derecho al honor, a la intimidad
personal y familiar y a la propia imagen, del secreto a las comunicaciones y de
otros derechos fundamentales en los cinco años anteriores a la solicitud.
Tampoco se puede haber sido sancionado en los dos o cuatro años anteriores,
respectivamente, por infracción grave o muy grave en materia de seguridad.
Como en cualquier
sector, la crisis también ha salpicado a este negocio. Pero en menor medida. Y
es que hay pocos detectives para tanto caso abierto.